había un Sub, un Al, un Su Excelencia, un Gondolieri, un Guapo y, por supuesto, también estaba Usted.
había duchas, cuadernos, catedrales, vértigo y cornisas. palabras como flechas, como fuego, como seda.
en un momento dado, la cosa se empezó a llenar de gente. de ruido.
el ruido tapó la música y se llevó las hormigas. también armó un quilombo atómico en el gallinero, pero esa es otra historia.
mientras tanto, a medida que creía la fama se achicaban las ventanas. posteriormente a ella, empezó el desangramiento.
llegados a facebook, nos quedamos todos secos.
archivado en: aguantadero I - lengua y civilización
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